martes, 12 de junio de 2007

Comida chilena, una gran desconocida


1 . Cazuela de ave: Además de rica es ideal para quienes tienen alguna dolencia gástrica ¡y muy nutritiva! Cabe recordar que existen variantes para la cazuela, la que también puede cocinarse con carne de vacuno.

2. Su majestad el mote con huesillos: Ya era un manjar conocido en tiempos de la colonia.
3. Empanadas de horno: Si bien no son originarias de Chile, existe la variedad que conocemos como empanada de pino es única de nuestro país.
La cocina, como casi todo en Chile, es fruto de múltiples influencias. De ellas, las más antiguas son la mapuche y la española. ¿Pero existe una cocina propiamente criolla? ¿Qué platos y alimentos la componen? Al iniciar el mes de la patria investigamos sobre la gastronomía nacional y descubrimos que se sabe muy poco de ella, pese a ser un factor cultural clave para entender la identidad de un país, pero crecientemente los historiadores se están empezando a ocupar de ella.
Los pocos textos de historia que consignan alguna información respecto a la gastronomía chilena coinciden en que ésta surge de la fusión de la alimentación de los pueblos originarios y la española, transmitida oralmente o en precarios apuntes a través de generaciones. Dicha tradición, comenzó recién a ser parcialmente recopilada a mediados del siglo XIX. De ese trabajo, destaca Apuntes para la historia de la cocina chilena de Eugenio Pereira Salas (1904- 1979).

Un ejemplo del desconocimiento de nuestras raíces es la 'kalapurca' (sopa que contiene carne de alpaca, maíz, papas, y que se cocina introduciendo piedras calientes en la olla), cuyo nombre suena para la mayoría de los chilenos tan desconocido como su origen nortino.

Otro tanto ocurrió con la repostería donde destacaron monjas de diversas congregaciones. De ahí viene la expresión 'mano de monja' para referirse a alguna comida hecha con gran gusto y dedicación. De ellas surgieron, los secretos de productos notables como los alfajores, el dulce de membrillo, la torta de mil hojas y el manjar blanco que llegan hasta nuestros días. Otros más olvidados como los duraznitos de la virgen, el los boñuelos y el suspiro de monja entre muchos otros, constituyeron por años apreciados regalos para una buena mesa.

Hurgando un poco en los distintos platos considerados criollos, es posible ver que los platos populares tienen algunas variaciones en sus recetas, de acuerdo a la zona geográfica donde se prepara. Ello ha permitido clasificar nuestra alimentación en tres áreas principales:


Gastronomía de la zona norte:

Con un fuerte aporte de las culturas originarias del altiplano andino -aymara y atacameña-, así como de la tradición mariscadora de los changos de la costa, la cocina tradicional del norte integra productos como la quínoa, la harina de maíz, el charqui y la carne de camélidos formando una dieta de alto valor proteico.

Asimismo, el cultivo de tubérculos dulces como la apilla (oca), el isañu y el olluko, de gran significación religiosa, aportan algunos sabores desconocidos den otras zonas del país y cuyas preparaciones es necesario rescatar si se quiere conservar su uso tradicional.

Las comidas típicas de los pueblos aymaras, tienen pequeñas variaciones según el lugar donde se preparen, pero sin duda lo más tradicional de la comunidad son el asado, chairo, charqui y guatia.




Gastronomía de la zona central:

En la comida de esta zona confluye el aporte indígena, la raigambre campesina, huasa y la influencia de inmigrantes de diversas nacionalidades. Entre los platos más característicos destacan porotos con mazamorra, humitas, tomaticán, el pastel de papa, porotos granados, albóndigas, longanizas, el arrollado huaso y pantrucas, la cazuela de ave o de vacuno, la carbonada, charquicán, ajiaco y el pan amasado. A la hora de celebrar, destaca el asado y, para los postres, las estaciones tienen mucho que decir: leche asada, arroz con leche y manzana asada son, por ejemplo, los preferidos del invierno. Mote con huesillo y variadas frutas como la sandìa y el melón sobresalen en el verano.

En Rapa Nui, merece un capítulo aparte ya que su base alimenticia pese a estár dada por los productos del mar, como en otras zonas de Chile, destaca por el empleo de la langosta y el atún pascuense junto a la koreha (anguila), heke (pulpo), titeve (pez erizo), pipi (caracol marino), mahore y kopuku. A ello se suma distintas variedades de plátanos y frutas como papaya, piñas y guayabas que complementan la alimentación de la isla.

El Umu Ta'o o curanto es el plato tradicional de la isla; combina carnes de cerdo y aves de corral con pescados y mariscos, además de camote, taro y otros ingredientes adicionales. Esto se cocina en hoyo cubierto de piedras volcánicas. Se acompaña del Po'e, una mezcla de taro, plátanos, harina, azúcar que se envuelve en hojas de plátanos para luego cocer en el , el hoyo del curanto.

Gastronomía de la zona sur:
En la cocina del sur ha tenido un gran aporte de la comida mapuche, con productos básicos como trigo, papas, arvejas, habas, ajos, cebollas, ají y maíz y particulares recetas. Otro importante aporte es la cocina chilota característica por sus grandes variedades de papas y platos de mariscos. Ambas le dan una riqueza gastronómica muy amplia a esta zona del país. Destacan el cancato, curanto, asado al palo, los chapaleles, el milcao o pan hecho de papas, la paila marina, la cazuela y la papa en múltiples formas. Un sabor especial le otorga a las comidas el uso del merkén (ají ahumado mapuche) hoy rescatado por la cocina moderna.

En el extremo sur el chiporro o típico asado de corderito patagónico es un modo de asado a la cruz. Otro asado característico en el Cono Sur es el 'asado con cuero', aunque no es propiamente el típico asado y en Chile solo se hace en las regiones más australes, a su vez es en Argentina y Uruguay se habla ocasionalmente de asado al horno haciendo mención de las carnes cocinadas en hornos de campo cuyo combustible es leña.


Es importante destacar el pan amasado que es característico de las zonas más rurales de nuestro país.